Pequeños soñadores, grandes gigantes

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Lejos de lo que solo nos muestra la televisión y los campeonatos, el deporte es también infancia, es amistad, es preocupación por el otro, es cancha improvisada y, por sobretodo es, una excusa para compartir y para crecer.

“Los gigantes” nacen hace 5 años, empezaron como un simple taller municipal de rugby barrial y se fueron sumando organizaciones, nuevos barrios, y fue creciendo muy rápidamente porque en el primer año ya tenían 35 jugadores, de 6 o 7 barrios. Actualmente se constituyen como un espacio de contención, de formación en valores y de trabajo sobre distintos aspectos de la vida cotidiana de los chicos. El trabajo se orienta a chicos y chicas de entre 6 y 13 años y el rugby aparece como la “excusa” para poder trabajar todas estas cuestiones que tienen que ver con la educación, la salud, el trabajo de formación, contención social, etc.

“Actualmente tenemos 70 jugadores, de 12 barrios diferentes, uno de esos “barrios” es la Ciudad de los niños, como un punto de origen de los chicos. El resto si son barrios, como el Islas Malvinas, Ranqueles, San Martin, Cola de pato, La cava, Calasanz, de Banda norte también, entre otros”, cuenta Luis de Los Gigantes.

Constituyen esto como la primera etapa de trabajo, hasta los 13-14 años, cuando ya entran en edad de rugby “juvenil”, hacen una articulación con los 3 clubs de la ciudad, Urú curé, el Aéreo y el Jockey, para que los chicos que quieran seguir entrenando pueda hacerlo de manera federada y becados: “Esa quizás es la parte más difícil o la instancia a la que menos chicos llegan, actualmente solo hay 6 chicos jugando en estas instancias, pero es una edad en la que bueno los chicos ya pueden decidir si seguir jugando o no, también pueden seguir vinculado a “Los gigantes” pero realizando otras actividades, como acompañar las actividades, como coordinador o profe”, explica Luis.

¿Qué mirada hay desde la organización en base a los valores que deja el deporte, para inculcarlos en la infancia y la adolescencia?

Bueno este deporte es muy particular en cuanto a los valores que promueve, el respeto, la disciplina, el trabajo en equipo, el compromiso, son valores esenciales, entonces tratamos que eso se traslade a el día a día de los chicos, en su casa, en la escuela, etc. Por otro lado es un deporte que es amateur, es muy raro que alguien pueda vivir del rugby, eso ya lo saben los chicos, no hay presiones por el lado de los padres, el que lo hace lo hace realmente por vocación, porque le gusta, se divierte.

Hay una necesidad de mantenerse entrenado, de mantenerse alejado del consumo de sustancias, de mantenerse en estado, con la mente abierta a un montón de cosas, esto es así para cualquier práctica deportiva, no solo para el rugby. Si vos estás consumiendo o si descansas mal y te alimentas mal es muy difícil. Nosotros sabemos que el contexto en el que trabajamos no es sencillo, no pretendemos nada de virtuosismo de los chicos, pero tratamos de hacer que se entusiasmen. No somos ajenos a esa realidad.

¿Qué han visto en estos años que de alguna forma les comprueba que el rugby sigue sirviendo como la excusa?

Bueno eso lo vemos en los más grandes sobre todo, los chicos que ya están en los clubs, donde ya tienen otra exigencia y otra salida. Ahí es donde se ve más la realizada, de hecho hoy hay uno de los chicos de la Ciudad de los niños que está jugando en el Jockey, “A”, que eso nos pone muy orgullosos, es un gran referente de los valores del rugby, un tipo muy dedicado, que nunca falta a entrenar, respetuoso, responsable, y que disfruta mucho de jugar y es muy bueno en el deporte.

Los premios y reconocimientos nuestros pasan por ver a los chicos entusiasmados, cuando vemos que terminan la escuela, cuando tienen buenas actitudes, buenos gestos con el adversario, cuando tienen buenas actitudes en los encuentros, cuando deciden colaborar. Nosotros tenemos un seguimiento de ellos, y sabemos cuándo alguno tiene alguna junta complicada o cuando hay proximidad al consumo, y cuando vemos que a pesar de tener todo ese contexto desfavorables los chicos siguen yendo a entrenar, siguen desarrollando otras actividades, porque ese también es nuestro objetivo, promover otro tipo de actividades, por eso es importante la articulación con otras organizaciones, porque a veces hay chicos que nos les gusta el rugby. Actualmente estamos vinculados con el Wichan Ranquel, la murga Mulato Mulé, en su momento con la Orquesta municipal de instrumentos autóctonos

¿En cuanto a la Ciudad de los niños ¿Cómo valoras el trabajo de la institución? ¿Y cómo valoran el trabajo desde “los gigantes”?

Bueno con la Ciudad ya hace 3 años que trabajamos, con una predisposición desde el día uno, para trabajar de manera articulada en todo sentido. Nosotros le damos mucha importancia al respeto y al entendimiento y con eso coincidimos mucho. Hay una apertura constante en el buen trato, y creo que si hay algo que nos une desde el día uno con la Ciudad de los niños es que tenemos el mismo enfoque sobre cómo se debe trabajar con los chicos, y eso está buenísimo. Porque a veces no es tan fácil de lograr que eso suceda, ya que cada organización/asociación tiene su modo de trabajar, pero con la Ciudad siempre fue ameno el vínculo, tanto por la voluntad de ellos para incorporarnos como también la voluntad nuestra en ir a visitar a los chicos, y todas las actividades que hacemos por fuera de los entrenamientos. Eso ayuda mucho porque genera fortalecer la conexión.

Con los chicos de la Ciudad ya hemos tenido varios viajes, muchísimos encuentros, actividades más allá del rugby, algunos viajaron a Rio negro, y ahora a fin de año nos vamos a Rosario, etc. Son actividades que unifican muchísimo al grupo.

¿Qué desafíos crees que tenemos los adultos de hoy para los niños/as y adolescentes?

Primero creo que hay que hacer un cambio de “chip” en los adultos, venimos por una crianza particular que hay que entender que eso va cambiando en base al contexto y que cada realidad es distinta. Entonces la persona que llega a una organización donde se trabaja con la niñez con una mentalidad estructurada, se va a pegar un golpazo, porque cada chico/a es un mundo, la sociedad ha cambiado.

Y bueno, nosotros practicamos un deporte muy “machista”, hace 5 o 6 años empezaron a jugar más las mujeres y eso hay que seguir generando, para que las estructuras sigan cambiando y transformándose. Para que los chicos entiendan que hay mil formas, que las “estructuras” las estamos rompiendo pero creando al mismo tiempo. El rugby es un deporte donde es muy raro que haya espacio para lo cultural y artístico, es muy raro que se mezcle eso. Nosotros todo el tiempo intentamos vincular y que a los chicos se les abra la cabeza para ese lago también, porque los chicos necesitan y quieren expresarse.

Me parece que esa es la clave, enseñarles a estar abiertos a todo, a que en la igualdad hay diferencia, y que cada persona tiene gustos y elecciones diferentes y que en ese sentido siempre tiene que haber cierta libertad.

¿Cómo definirías la niñez?

Bueno la niñez es un periodo de plena exploración y en la que uno es una esponja, se absorbe todo. Cualquier gesto que tengamos los adultos ellos lo van a absorber, sea positivo o negativo, por eso hay que ser cuidadosos, estamos constantemente dándoles mensajes y ellos recibiendolos con todos los sentidos abiertos. Es un periodo donde uno se va formando y conociendo, en sus gustos, en su identidad y en sus sueños.